ARTE Y REPRESIÓN
Leyendo acerca de los inconvenientes que ha tenido Alfredo Casero para concretar la realización de su trabajo en distintas salas del país, motivado por sus comentarios acerca del desafortunado episodio de Juan Cabandié, no pude menos que recordar y por lo tanto comparar lo que me había sucedido a principio de los años 80, junto a mi grupo Irreal.
Irreal y el Coro en la estación Retiro |
Recuerdo el día que me llaman de San Nicolás para avisar que debíamos suspender la actuación en esa ciudad por una negativa del administrador de la sala contratada para que pudiéramos actuar. La dictadura tiene sus tentáculos. Estos saben llegar y saben donde apretar para impedir que el castigado pueda mostrar su obra.
En marzo del año 2007 fui invitado a redactar mis experiencias como músico de un grupo de Rock en los años del Proceso..
Y hoy no puedo evitar sentir que la historia se repite. Con otros actores, pero con el mismo argumento: la represión.
Te invito a leer la nota, que te recuerdo fue escrita en marzo de 2007.
Pegando afiches en Tucumán |
El Rock en Rosario y la represión
Cuando recibí la invitación a
escribir sobre las vivencias de mi paso por el movimiento roquero de fines de
los ’70 en nuestra ciudad, me pasaron por la cabeza infinidad de sensaciones.
Recordé a la gente con la que tocamos, viajamos, nos divertimos, experimentamos
en muchos aspectos, crecimos y hasta sufrimos.
Inmediatamente después de la
primer sensación agradable, aparece el espectro de la represión en nuestras
carreras.
Creo que nunca hice un verdadero
examen de conciencia que me permitiera saber si logré superar esa experiencia.
Debo aclarar que soy plenamente consciente que la pérdida
sufrida a que hago referencia es infinitamente menor a la que padecieron muchos
otros durante el mismo período. Pero es la sensación de que nos cambiaron el
futuro y que las cosas seguramente hubieran sido de otra manera de no haber
ocurrido las cosas como ocurrieron.-
Ya comenté algunas vicisitudes
acontecidas durante el período, pero hay muchas más, las suficientes como para
tener que darle importancia a un hecho tan negativo como es el de que alguien
no te deje crecer. Considero también que mucho de nuestro crecimiento
intelectual se dio en esa época, precisamente estimulado por el enanismo de la
maquinaria represiva: no nos cortaban, ¡nos podaban ! y eso permitió que en
muchos casos creciéramos robustecidos.
Todas las experiencias musicales
del período a que hago referencia me sucedieron durante mi inclusión en Irreal.
Corradini - Baglietto |
Irreal tuvo distintos períodos.
El grupo tuvo distintos integrantes según las épocas y ellos fueron: Hugo
García, Adrián Abonizio, el Topo Carbone, Yayi Gómez, Marcelo Doménech y yo.
Sucesivas transformaciones y períodos de disparidad de concepciones musicales,
llevaron a que en las filas del grupo intervinieran otros músicos: Juan Carlos
Ricci y Jorge Llonch en bajos. Una adquisición afortunada y con consecuencias
muy divertidas nos trajo a Juan “Piraña” Fegundez en flauta y percusión.
Abonizio partió a cumplir su
destino y adoptamos a Juan Baglietto.
Sergio Sainz, Tuerto Wirzt, Baglietto |
La última formación que tuvo el
grupo fue: Sergio Sainz en bajo, Daniel Wirzt (el Tuerto) batería, Beto
Corradini, guitarras, Juan Baglietto, guitarra y voz principal y Juan Chianelli
teclados.
Esteban Cerioni- Yo |
Luego que armamos las cosas
partimos a buscar un lugar donde alojarnos en esos 3 días. En la calle
Corrientes encontramos a una amiga de alguien del grupo, originaria de Chaco,
quien alquilaba una piecita cerca del lugar. Esta chica estaba con su pareja,
un muchacho macanudísimo que sin dudarlo nos invitó a su departamento mientras
durara nuestra estadía: imagínense invitar a 7 u 8 desconocidos a su casa a
quedarse unos días. Hoy, la perspectiva agiganta estos corazones que encontramos
en el camino.
Tocamos la primer noche con una
buena participación de público y con un resultado satisfactorio en cuanto al
nivel logrado en la actuación.
Cuando estábamos en el último
tema, la sala es iluminada, aparecen unos uniformados y todo el mundo es
invitado a salir a la calle munidos de documentos, preferiblemente llevados en
la mano derecha.
En la calle había unos 5 o 6
patrulleros y un colectivo que pasaba fue invitado a hacer descender a su
pasaje y quedar a disposición del operativo.
A medida que se iban
identificando, los concurrentes debían pararse en un sector indicado por el
jefe policial. No era necesario que nos explicaran nada, ya que estas
situaciones se daban con cierta regularidad.
A los cerros Tucumanos, me llevaron los caminos... |
El temor de tener que ir en
“averiguación de antecedentes”, situación que podía llevar varios días, fue
reemplazado por el temor que uno de nosotros (los músicos) fuera elegido:
equivalía esto a tener que abandonar el ciclo y perder el alquiler, los gastos
y todo lo organizado.
Pienso en un sorteo donde el
premio es ir preso y es exactamente lo que nos ocurría en esa noche.
Los dioses debieron divertirse un
rato y finalmente nos concedieron la suerte de que ninguno del grupo engrosara
la lista de los detenidos, por lo que el ciclo pudo continuar y terminarse.
Suerte muy diferente para el
novio de nuestra amiga quien nos había invitado a su casa: permaneció los 3
días preso y nosotros encima ocupando su lugar. Me imagino cómo debió sentirse.
Redd, Trigémino e Irreal |
Toda una experiencia fue tocar en
Tucumán. Fuimos varias veces, por lo que creemos que conocimos todas las
alternativas que la época podía ofrecernos.
El día de una de las
presentaciones, nuestros contactos locales (el grupo Redd, que tiene editados
un par de discos de aquella época llevados luego a CD) nos habían conseguido
unas entrevistas radiales. Llegamos a LV12 y en la puerta nos advierten que
seamos prudentes con lo que decimos (¡?). Una escalera caracol lleva hasta la
cabina de transmisión y en la puerta, vestido con ropa de combate y casco, un
cabo de la policía (digamos el cabo Leguizamón) nos recibe sin un gesto.
Irreal y Coro en el "Estrella del Norte" |
Nuestra idea acerca del contenido
de los temas que tocábamos, de ninguna manera podía que ser algo
intrascendente, banal o ajeno a nuestra propia experiencia. Pero no había
alternativa, nuestras experiencias no dejaban de ser trascendentes pero a su
vez no podíamos decirlas abiertamente.
Las entrevistas radiales fueron
obviamente anodinas y tristemente perdidas en el tiempo.
Esteban Cerioni, del grupo Redd,
oriundos de Tucumán, nos contaba acerca del nombre del grupo. El mismo estaba
inspirado en el disco “Red” de King Krimson, recordado logro de este grupo,
grabado allá por 1974 (creo que hay actualmente una copia remasterizada).
Es decir que el grupo se llamaría
“RED” tal como el disco.
Teatro de la Paz - Tucumán |
En vísperas de su primera
presentación deben solicitar el ineludible “Permiso Policial” . Llegan con toda
la documentación requerida y el Cabo Leguizamón toma nota en un Acta de lo
solicitado.
Cuando llega al cuadrito donde
dice “Nombre del Conjunto: RED”, se detiene, medita y al cabo de un rato
reacciona con un golpe en el escritorio y con un brillo temible en sus ojos
grita:
-
“Red! Rojo! Son comunistas!!!”
Entusiasmado por el
descubrimiento, fruto de su sagacidad y capacidad interpretativa de la
retorcida y críptica mentalidad roquera, llama al Sargento Zenón y le comenta
el hallazgo.
Tardaron nuestros amigos varias
horas en convencer a las autoridades de que había un error de escritura y que
el grupo no se llamaba RED, sino REDD.
En 1979 Irreal tenía que tocar en
San Nicolás y para ello ya teníamos contratado el teatro Municipal, hechos los
carteles e inclusive, algo que nos auguraba unas perspectivas interesantes,
teníamos vendidas entradas anticipadas.
Estación Retiro |
Dos días antes de tocar me llama
alarmado Beto Corradini. Le informaban del Teatro Municipal que no podíamos
tocar. Los va a ver personalmente y no logra siquiera que lo reciban. Tampoco
le dan ninguna explicación. Teníamos señado el alquiler y un empleado del
teatro le dice que está a disposición nuestra la seña entregada oportunamente.
La desesperación en aumento. Los
carteles ya pegados en la ciudad, volantes, propaganda en radio y televisión
locales.
A la tarde del mismo día me dice
Beto que había logrado conseguir las instalaciones de un club para hacer el
recital, ya que el lugar era administrado por un amigo suyo.
A la mañana siguiente y ya
francamente desesperado me informa que su amigo le dice que lamentablemente
tiene que cancelar la actuación, ya que fue visitado por autoridades policiales
que le prohibieron que concretara el acuerdo.
Lo peor estaba por venir. Desde
Rosario, Baglietto y yo seguíamos las alternativas del periplo de los otros
integrantes del grupo que eran nicoleños.
Nos enteramos que los tres reciben violentas y perentorias intimaciones
a presentarse en las oficinas de la SIDE de San Nicolás.Corradini desde su Italia adoptiva (al día de hoy) me hace llegar el siguiente relato:
Juan
Enrique
Mirá,
cada vez que me acuerdo del tipo se me revuelven las tripas.
Después
que anularon toda posibilidad de actuación en San Nicolás, recibí la citación
para presentarme urgentemente al SIDE. La trajo un gordo en bicicleta. Hacia
frío, pero el gordo sudaba igual.
El
mismo gordo me palpó de armas cuando entré al SIDE, con el paso de los que
entran en la boca del lobo.
Tengo
fijo en la memoria que cuando me hicieron pasar a la oficina del capo, había un
ayudante (de él) que tenía un grabador para nuestra "conversación".
En esa época yo llevaba barba y pelo largo. Era como entrar a la cancha
perdiendo cinco a cero.
El
mayor se sacó el chumbo y lo puso sobre la mesa. Tenía las ojeras marrones,
como los que sufren del hígado, y la piel tipo Nosferatu. Después me preguntó:
¿Y usted que piensa políticamente?
Empecé
a dar un largo rodeo, como cuando uno quiere evitar el bulto, pero el mayor
agarró la pistola (después me enteré que era una 45, la golpeó sobre el
escritorio y me cortó el speach.
Ustedes, zurditos de mierda,
.....y comenzó una serie de adjetivos ya sabidos, como apátridas, ateos,
subversivos y todas esas delicias que marcaron una época del folklore nacional.
Yo
miraba de reojo al tipo del grabador y él lo hacía conmigo. Creí entender que
estaba acostumbrado a esos discursos. En fin, que al final quedó grabado todo
el monólogo del mayor Fernández (inteligencia militar, si se me permite la
contradicción) y dos o tres boludeces sin sentido que dije yo. Cuando terminó
me tiró esta frase: "acuérdese que
usted tiene hijos: Irreal fue irreal".
Esta
frase, que desde cierto punto de vista poético parece imposible que sea dicha
por un militar, retumbó en todo mi camino de regreso a casa. Conté todo a
mi vieja, que es la heroína de la historia. Allá se le fue al humo, sin pedir
audiencia, con un rosario en la mano y con mi esposa al lado.
En
la entrevista que tuvieron se la pasó forreándolo al mayor, con altura y humor.
El
mayor le preguntó si sabía las cosas que escribía su hijo.
Ah, dijo mi vieja, un poeta en sus comienzos. Es natural que tenga
algún pecado de juventud.
Sin
entender demasiado, el Fernández leía mis letras. "Cucarachas para el
desayuno" se llamaba uno de los temas (después lo grabaron Los
Violadores). Allí estaba esta frase:
"¿Donde está el verde mundo que nos prometieron?".
El
mayor la leyó en voz alta. Mi vieja respondió:
"Ah, seguramente se refiere a la educación que no hemos sabido
darle los padres".
"No hay pié moral que no tenga sus zapatos!". Leyó y titubeó porque no entendió la
metáfora.
"Quién invirtió a plazo fijo nuestros sueños!". Se rascó la cabeza, tampoco entendió, pero
después insistió, siempre leyendo:
"Donde está el poderoso rey del universo?"...(esta le sonó) Un
ateo! Un ateo sin remedio!".
La
vieja respondió:
"No, mi querido mayor, seguramente se trata de una
crisis de fe".
Y
así sucesivamente por una hora. La cuestión que mi madre volvió de la
entrevista riéndose del milico y cambiada en su modo de ver hacia las
autoridades militares. A partir de entonces los mandó a cagar cada vez que se
la cruzaban delante.
La
cuestión es que en un par de semanas, yo tuve que preparar los bártulos y
rajarme de San Nicolás (en cierto modo lo agradezco). El resto ya lo sabés.
En
fin, querido Juan, allá quedó un pedazo de corazón y un poco de bronca. Es
todo.
Un
abrazo.
Tenían las fotos de nuestras
actuaciones y obviamente todos nuestros datos. También tenían las letras de los
temas, tarea de análisis que no hizo esta vez el cabo Leguizamon, sino un mayor
del ejército.-
-
“Irreal fue
irreal”, dijo tajante el metafórico mayor. “No toca más acá ni en otro lugar de
la Argentina.”
Y efectivamente así fue.
Teníamos concretado para las
próximas semanas unas actuaciones en Buenos Aires, Córdoba y nuestro segundo
hogar: Tucumán.
En ninguna de ellas logramos
tocar no solamente nosotros, sino ninguno de los otros grupos que normalmente
nos acompañaba.-
El resto de lo que siguió tiene
varias vertientes. Hubo quien tuvo que mudarse de ciudad y quien tuvo sus
problemas en actividades laborales, pero prefiero pensar en la otra realidad y
que fue mas grata y para nosotros justiciera: la trascendencia que tuvo la música
rosarina a partir de ese cisma.
Personalmente no seguí tocando
salvo alguna esporádica visita a salas de ensayo o más recientemente a
colaborar con Pablo el Enterrador.
El muerto (Sergio Sainz) tuvo
últimamente unas destacables actuaciones junto a Abonizio, trabajo con el cual
llegó a encabezar las nominaciones al Premio Gardel. Al Tuerto Wirzt (www.wirztsticks.com) se
lo vio en los últimos 10 años acompañando a Spinetta en los Socios del Desierto
y en varias actuaciones más de diversa índole musical.-
Beto Corradini (www.mariocorradini.com) está en
Italia y ha grabado varios discos en los últimos años. También se ha destacado
come escritor y como creador del sistema de Biomúsica (www.biomusica.net) dentro de las vertientes de la Musicoterapia.
Mercedes Sosa ha grabado algunos de sus temas.-
Es innegable que la historia
sigue su curso y creo que este pequeño relato ha permitido sacarme de encima
alguna de las molestas pelusas que todavía entorpecían mi mirada hacia atrás.
Marzo de 2007NOTA: En febrero de 2008 el Tuerto Wirzt nos dejó.
Por todo lo demás, te dejo barruntar tus conclusiones.
Besos