domingo, 2 de enero de 2011

San Vito


En julio de 1518, Frau Troffea comenzó un baile que no pararía en un mes.
Sin embargo no fue una danza normal. En poco tiempo empezaron a acoplarse a la desenfrenada danza, hombres, mujeres y hasta niños. La cantidad de gente que se acoplaba no paraba de incrementarse. Al cabo de un mes, eran más de 400 personas las que bailaban imparables.

Esto sucedió en Estrasburgo y el relato está magníficamente descripto en

La plaga de baile de 1518

Desde que llegó mi amigo Abdulayé, no he parado de asombrarme de su adaptación al medio y la forma en que asimila con su tambor, los ritmos que brotan de la tierra.
Una noche de zapadas nos llegó de algún rincón un ritmo de candombe que seguramente empezó en algún remoto rincón de África, mucho tiempo antes de que nacieran nuestros abuelos. Cruzó el mar en una oscura bodega y recaló en rincones de nuestra tierra, traído bajo la morena piel de algún esclavo.


Como Frau Troffea, al escuchar esta canción, no podrás dejar de mover tus piernas y brazos en una danza imparable. Tus vecinos asombrados se sumarán a tu baile y pronto todo el barrio estará reunido siguiendo tus alucinaciones y visiones. Estarás totalmente poseído y solamente podrán curarte rezándole a San Vito.
Pero no todos querrán curarse. Y pronto sabrás que bailando te podrás olvidar de algunos males que te aquejan.
Si querés saber acerca del ritmo que no podrás sacarte nunca más de tu cabeza, hacé click en:

·         San Vito

Y dejá que los diablos te lleven.
Si no me escribís, comprenderé que te es imposible hacerlo ya que estarás bailando.
Buen año.