domingo, 14 de noviembre de 2010

Pichincha

El último censo permitió remover algunas piedras bajo las cuales permanecían aletargados viejos músicos, olvidados algunos por generaciones enteras.
Cuando grabamos Así debió ser (http://www.hispasonic.com/musica/asi-debio-ser/41402 ) cerca de la parroquia de la Inmaculada, ensayamos con el coro I castrati di Pichincha, algunos de cuyos miembros recordaban a un grupo vocal que en tiempos idos competía con ellos en contrapuntos corales entre los andenes de Rosario Norte: Es por la acústica, decían, y por los viejos fantasmas que lo recorren de noche, que elegimos el lugar para ensayar.



 
“Los Rantifusos del Riel”, competidores de “los Negros Escoberos”(1) y de “los Escashatos”(2), eran algunas de las temidas murgas pichincheras que afloraban en febrero. El resto del año sus integrantes incursionaban en afanes menores, escruches(7) y canto gregoriano.
Estación Sunchales
Los viejos coreutas recordaban cuando los trenes eran detenidos prolijamente por audaces arrieros que encauzaban astutamente a las manadas humanas hacia las puertas de la estación mientras duraba el reposteo de locomotoras. Hambrientas muchedumbres desembocaban en los almacenes y bares de la calle Rivadavia justo para un vino y un sánguche de mila, que terminaban de masticar en los peldaños de los vagones al regresar raudos para jugar a la ruleta de ventiladores de techo y continuar su viaje a Santiago.
Uno de esos arrieros, el Eudoro Díaz, que se decía nieto del legendario Paisano Díaz, viejo pendenciero del barrio allá por los 20, también tenía el carácter bastante jodido como su abuelo. Hacía frenar las locomotoras en el punto exacto para hacer coincidir las puertas del Pullman con la salida de la estación bien frente al almacén y Bar de los turcos Jalit.
Los turcos nunca dieron la receta de sus milanesas, pero cuando pusieron el bar, los felinos escasearon de golpe.

Pasillo de Pichincha

El Eudoro vivía allí cerca, en la misma pensión, puerta por medio, que Alfonso Alonso Aragón, el Rey Momo. Camisulinero(3) viejo, era normal verlo durante el día recorriendo los andenes, cruzando las vías para ir a mear tras los tapiales o quedarse embelesado mirando la locomotora en escala dentro de la vitrina, la que arrancaba si le ponían dos chirolas. Su expresión se aniñaba y perdía esa dureza de abandonos, coscorrones, palizas y hambre que lo habían formado de chico.
Cuando el Menemismo mató los trenes, el Eudoro se quedó propiamente en la vía. Los turcos desaparecieron una madrugada ventosa, igual que en la que habían llegado y la estación empezó a desmoronarse. Cual Penélope de Sunchales, el Eudoro siguió parando los trenes que nunca llegaban porque nunca partieron. Veía a los cabecitas que llegaban en manadas y a los gritos seguía dirigiendo a las imaginarias muchedumbres hacia la calle.
Siguió a los gritos por el andén y por la calle Ovidio Lagos durante varios años hasta que un 59 atrasado lo detuvo para siempre.
Los Rantifusos aseguran que sus gritos se escuchan en la noche, a la hora que el Estrella del Norte hacía su entrada.
Los Rantifusos perdieron también los carnavales y las comparsas donde resonaron algunos de sus más esplendorosos éxitos: “Si me gayeteás(4) con el tilingo(5) te fajo la trucha” o “Socotroco(6) en el mate” por mencionar algunos de los mencionables. Pero no perdieron su amor por la música. Y así llegué a ellos, adversarios de I Castrati, némesis ultra necesarios para mantenerse en duelo de coros uno en cada vereda del andén respondiendo al contrapunto vocal noche tras noche.
Quizás por eso sobrevivan, porque tienen con quien competir. Tienen el motivo que los hace volver cada madrugada a sus refugios con la seguridad de que mañana será el día en que por fin los venzan en la eterna disputa.
No me resultó fácil capturar sus voces en los viejos andenes, pero creo que capté sus espíritus. Y grabamos “Pichincha Transfer”, que te invitamos a escuchar, haciendo click
Y no te olvides de dejar tu comentario precisamente en Comentarios (más abajo) y así evitarás que el Eudoro te grite de noche a los pies de tu cama.


 Aclaraciones y links
(1) Escobero: Guitarrista.
(2) Escashato: Achacoso.
(3) Camisulinero: Especialista en sustraer desde el bolsillo del chaleco.
(4) Gayeta: Desaire o rechazo de la mujer al que requiere su mano
(5) Tilingo: Cursi.
(6) Socotroco: Puñetazo. 
(7) Escrushar: Robar mediante llaves o elementos
Los Negros Escoberos: LOS NEGROS ESCOBEROS
Los Negros Escoberos en Revista El vecino: http://revistaelvecino.blogspot.com/2010/11/arqueologia-urbana-escoberos.html

1 comentario:

  1. Gracias por tus comentarios, Juan.
    Lo del carnaval es muy importante, y no nos animamos todavía a hacer una investigación.
    Lleva demasiado tiempo. Pero estamos decididos a hacerla en algún momento, ya que es una temática casi constitutiva.
    "Novelicé" lo de los escoberos en la revista El Vecino, http://revistaelvecino.blogspot.com/2010/11/arqueologia-urbana-escoberos.html

    Gracias por pasar por el Museo.
    Gustavo

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