domingo, 3 de junio de 2012

BUENA SUERTE
En el pequeño ensayo que esbocé acerca de los músicos, los políticos, las mixturas, las tendencias y la necesidad que tienen algunas personas de manipular los destinos de otras personas, mencioné una situación planteada en el viejo Teatro Olimpo de Rosario, hacia fines de los años 70.
Podés leerla en mi Facebook: http://www.facebook.com/juan.chianelli#!/juan.chianelli/posts/260403914066501
Un empresario intentaba llenar el teatro combinando artistas de distinta extracción. Así planteó un show con Spinetta y Los Náufragos en el mismo escenario.

Teatro Olimpo
Entre los motivos que impidieron la aceptación del Flaco a compartir bambalinas estaba una particular situación, derivada de una oculta pero persistente e inveterada costumbre, presente en varios medios, pero particularmente cultivada entre los músicos que es considerar "yeta" a alguna persona.

Particularmente nunca creí en la existencia de personas que traigan mala suerte, pero esto (dirán algunos) es como creer o no en las brujas.

Escuchaba mencionar al grupo "Los Prófugos" en alusión a Los Náufragos. A Quique Villaverde, Elio Piedra, Juan "Corazón" Marrón, Leo Don, Tormento y varios más, sin advertir, por ser un recurso absurdo, que cambiando los nombres y agarrándote la entrepierna al mismo tiempo, rechazabas los efluvios maléficos que supuestamente transmitían ciertas personas.

UN FIERRO

En Nápoles hay un término, Jettare, que significa algo así como "lanzar".
El Jettatore viene a ser el lanzador. ¿Lanzador de qué? De Magnetismo, de ondas invisibles
que influyen en el resto de las personas que se le acercan o tan solo mencionan al lanzador.
Hacen caer aviones, atraen las tormentas en las funciones al aire libre, apagan la iluminación o acallan el sonido en los momentos fundamentales.
Y aquí, vernáculamente se los conoce como Yetas.
Y llevar un fierrito entre tus pertenencias ayuda a esquivar sus magnetismos funestos.
Todas las crueldades son realmente malignas.
El darle el mote de yeta a una persona le traslada automáticamente una carga que difícilmente pueda sobrellevar sin perder el contacto de su entorno y sobre todo de su actividad.

Tumba de Moliere en Pere Lachaise al lado de Lafontaine
Y los músicos han hecho de la "Jettatura" un arma poderosa, invisible, barata y altamente contaminante por lo dañina y persistente y que ha logrado hacer perder más de un contrato.

Vestirse de amarillo trae mala suerte. Resulta que Moliére, cuando estaba representando su obra “El Enfermo Imaginario” sufrió un ataque y posteriormente murió. Estaba vestido de amarillo. De allí la tradición.

PUGLIESE
El maestro no fue sólo un gran músico. Era también un luchador social, de aquellos seres especiales que había en otra época: sereno, tenaz y fundamentalmente convencido de las cosas en las que creía. Y luchaba por ellas.

Así fue que tuvo el número 5 de afiliación al Sindicato Argentino de Músicos y en 1936 el número 108 en su afiliación al Partido Comunista Argentino.

Fue encarcelado durante el gobierno de Perón y luego de que el Pocho fuera derrocado por la

Rojas y Aramburu
Revolución Libertadora, siguió preso de Aramburu y Rojas.

Su orquesta nunca dejó de tocar.

Entonces le endilgaron el mote de "Yeta".

Lo que no lograban los poderes políticos, lo lograría el poder oculto de la ignorancia popular.

Pero esta misma fuerza popular revirtió la situación en un gesto al que no le encontré equivalencias históricas: Su mención ahora repele a la Yeta. Ahuyenta la mufa.

Nombrar a Pugliese equivale a limpiar los efluvios dañinos, a eliminar los magnetismos oscuros y lograr que la buena suerte te acompañe.

Incluso se lo menciona como San Pugliese. Hay oraciones para rezarle y atraer las gracias del destino o rechazar el infortunio.
La cerveza Quilmes en una de sus campañas, bautizó un día de la semana con su nombre.

Carlos Di Sarli
Al maestro Carlos Di Sarli le hicieron algo similar. Un presentador de la orquesta, al ser despedido por no tener el comportamiento de seriedad y perfil de conducta pretendido por el

maestro, hizo correr la noticia de que Di Sarli era mufa.

Y logró su cometido: lo dejaban solo en las reuniones y en los bares, la gente se cambiaba de vereda cuando él venía caminando y esto llegó a modificar su personalidad.

Tuvo que deshacer su orquesta y armar una nueva: "Los señores del Tango".

Pero el daño estaba hecho.

En nuestra época más reciente podemos recordar al ex presidente Carlos Méndez. ¿Te acordás que dejó de ir a ver los partidos de fútbol?

No pude encontrar una acepción válida y convincente a la palabra mufa, aunque estar mufado
es estar malhumorado, con ánimo caído y también con mala suerte.
Como tantas palabras de nuestro lenguaje popular, es probable que provenga del lunfardo napolitano, como chichipío, pastenaca o tirifilo.

Gregorio de Laferrere, un gran dramaturgo y escritor teatral argentino, inmortalizó al Jettatore en un vodevil de principios del siglo XX. Inspirado quizás por Teophile Gautier quien también prestó atención a los personajes con efluvios maléficos. Laferrere logró tener en la audiencia del estreno de su obra al presidente de la Nación: Julio Argentino Roca. Quizás de allí venga el mote de "piedra" al referirse a un mufa. ¿Quién sabe?

Otros términos: El tipo es “fuerte” o es un “fierro”.

Los personajes y sus situaciones nacen del pueblo, de lo popular. Nada prende realmente en
el acervo si no tiene sus raíces en la calle.
Y lo vemos en los gestos de los jugadores de fútbol, en los tenistas, en todos los movimientos teatrales de "cabuleros" que pretenden ahuyentar la mala suerte con coreografías reiteradas. Los que repiten determinadas ceremonias antes de ver un partido de fútbol o se ponen algún atuendo en particular, repitiendo gestos y actitudes de ceremonias paganas.

Somos energía, por lo tanto aunque la mayoría no lo asuma, también creemos que hay personas con energía negativa.
Visualizamos el Aura, tratando de que el nuestro sea más blanco.
De alguna manera, socialmente aceptamos también que el Gauchito Gil nos proteja.

Entre las historietas argentinas que leía en la revista Rico Tipo, en la peluquería de Piccioti, estaba "Fúlmine", personaje de Divito.

Fúlmine, de Divito
En 1949, Pepe Arias da vida a Fúlmine en la película homónima. Un personaje funesto que contagia la mala suerte a quienes lo rodean. Luego de notables situaciones (lugar donde trabaja termina quemado, el que lo saluda sufre un accidente, etc) cambia su mala suerte al ganarse el Gordo de Navidad, con el número 130013.

Fúlmine, en el diccionario lunfardo significa Aciago.

Como dato relativo, te recuerdo que el Teatro Olimpo fue destruido por un incendio en 1987.
Podría continuar con ejemplos de nuestra cultura, pero creo que la idea está plasmada.

Si durante la lectura de esta nota no te agarraste el izquierdo o una teta con la mano, no
sos argentino.
Y de paso te invito a escuchar un tema mío que trae suerte. Además tiene bonitos números:
http://www.hispasonic.com/musica/rumba-4-2/72094

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