lunes, 13 de septiembre de 2010

Money

Increíble la cantidad de situaciones insospechadas que se presentan cotidianamente y que de manera invariable, están orientadas hacia el dinero.
-No has descubierto nada nuevo-, me dirás y tendrás toda la razón. Pero el tema me llevó a barruntar hoscamente y salir del estudio de otro abogado mascullando gruesos epítetos y sumarme a una procesión de transeúntes, quienes como yo iban hablando solos.
Lo que me dejó pensativo es el destino de esas cantidades de dinero que organismos y personajes varios, coordinados bajo alguna oscura y tenebrosa consigna, me sorprenden a diario con reclamos de pago, motivados por diversos pecados que debo haber cometido. Multas, juicios ignotos, intereses por impuestos que también estoy debiendo y que ignoraba que existieran. Reempadronamientos, cocheras, estacionamientos prolongados, luces no encendidas, accidentes que no sabía que hubieran ocurrido, facturas que no había recibido y un sinfín de manifestaciones de jugosa imaginación que invariablemente socavan mi presupuesto y mi entusiasmo por invertir en mis propias iniciativas.
No me caben dudas de que el Maligno existe. Existe y está empeñado permanentemente en pensar nuevas formas de evidenciar el mal.
Y el Maligno es impersonal y tenebroso, es astuto e imposible de identificar. Es uno y varios. Nunca descansa y la monumental cifra de dinero que permanentemente pasa a su poder, se diluye en una oscura penumbra, en un cono de sombras que apunta a algún lado, invariablemente opuesto a mi posición.
Pero al igual que la Caja de Pandora, al final de mi peregrinación de hoy el destino me hizo un guiño. Absorto en mi impotencia por comprender el funcionamiento de la Gran Máquina, encendí la radio del coche y mágicamente, en ese preciso instante empezaban las primeras notas de Pink Floyd tañendo “Money”.
Y todo cambió.
Amén.

Hacé click en el cuadro y podrás escuchar y ver una excelente versión de Money por Pink Floyd.

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